Los 10 principios del "Buen Diseño"
En esta ocasión vamos a hacer una entrada muy teórica, que no obstante tiene bastante utilidad y aplicación como veremos. El tema no es precisamente menor… Buscaremos las “leyes fundamentales” que determinan si un diseño es bueno o no, ¡nada más y nada menos!
Seguramente, muchas personas que lean esto pensarán que el Diseño –sea del tipo que sea: gráfico, editorial, de moda, de interiores, industrial, etc- tiene mucho más que ver con el arte que con la ciencia, de forma que no puede ser encasillado en ninguna ley formal. Y yo desde luego estoy totalmente de acuerdo con eso. Trabajamos en un terreno muy subjetivo, centrado en la estética, y por tanto muy artístico (incluso en sus especialidades más técnicas).
Sin embargo, de alguna forma cuando un diseño es bueno, tiene ese “algo” que gusta universalmente –o casi-. Cualquier persona lo reconoce al instante como tal… ¡Incluso sin darse cuenta de ello conscientemente!
Los ejemplos son innumerables; si es un póster lo pondrías en tu casa para decorar, si es un folleto lo usarías en tu negocio… Y así. En definitiva, “notas” que está bien hecho, que es hermoso, tiene estilo o, sencillamente, se ajusta perfectamente a su función, aportando la sensación correcta y buscada.
“El diseño es como la madre, nadie se da cuenta cuando está alrededor, pero todo el mundo la echa de menos cuando no” (Santiago Borray).
En definitiva, puede saberse que un diseño es bueno precisamente si no notamos nada al mirarlo. Será señal de que todo está en su sitio. Si por el contrario notamos que hay algo raro o fuera de lugar… malo. Lógicamente, a partir ahí existen muchas más consideraciones a tener en cuenta, que vamos a ver a continuación.
La ley fundamental: “Menos es más”.
Puede ocurrir también que sintamos que falta o sobra algo al mirar un diseño, sea del tipo que sea. Ante este dilema, existe otra famosa máxima que podemos –y debemos- aplicar: “menos es más”. El célebre principio. Para mí es sin duda la auténtica “Primera Ley del Diseño”. De las más –o directamente la más- conocida universalmente. Y tal vez la más importante.
Siempre que tengamos dudas sobre poner o no algún elemento, haremos bien en aplicarla. Si no estamos seguros y no es imprescindible, mejor quitarlo. Incluso si queremos hacer algo recargado y barroco. Mi experiencia personal como profesional confirma totalmente esto.
Pero el “menos es más” no es el único principio que han formulado los grandes diseñadores de la historia. Sin ir más lejos, tenemos también las 10 leyes o principios de Dieter Rams.
Las descubrí casualmente hace poco, y son mi principal motivación para escribir este artículo. Sin duda alguna, deben ser conocidas por toda persona que estudie, sea aficionada o se dedique a cualquier especialidad del diseño. Por fuerza tenía que dedicarles una entrada.
Los 10 principios para el buen diseño de Dieter Rams.
Al principio de los años 80, Dieter Rams sentía que el mundo a su alrededor era “una impenetrable confusión de formas, colores y ruidos”. Temiendo estar contribuyendo a dicha confusión con su trabajo, se pregunto a sí mismo: “¿es mi diseño buen diseño?”. Dado que el “buen diseño” no puede ser medido de una forma finita y concreta, tras mucho reflexionar identificó hasta 10 características diferentes –aunque relacionadas-, que siempre están presentes en los diseños verdaderamente buenos. Son sus famosos 10 principios.
Por mi parte suscribo todos y cada uno de ellos –como no podría ser de otra forma-, sumándolos a los ya mencionados anteriormente. Vamos a enumerarlos y explicarlos un poco, pero primero contemos algunas cosas sobre su autor.
Dieter Rams es un más que veterano (nacido en 1932) diseñador industrial alemán, estrechamente asociado a marcas como Braun. Se considera fundamental en el diseño alemán de los años 50 y 60 del siglo pasado, e impulsor de una corriente de tipo funcionalista. "Weniger, aber besser" ("Menos, pero mejor") fue uno de sus lemas, como puede verse muy parecido al famoso “menos es más”. Además de la imagen de marca de Braun también es responsable del diseño de numerosos electrodomésticos míticos, muchos de ellos presentes incluso en el MoMA de Nueva York.
Aquí lo tenemos junto a algunos de los objetos por él diseñados. Ha sido muy influyente, reconocido por compañías como la propia Apple.
- *Nota: las imágenes de Rams y sus obras que vemos aquí tienen una historia interesante. Están extraídas de la web de una campaña para recaudar fondos, con el objetivo de rodar un documental sobre el mítico diseñador alemán. Dicha campaña logró casi 280.000 dólares, de más de 5000 patrocinadores, pudiendo realizarse el proyecto. El director del mismo fue Gary Hustwit, conocido por haber hecho otros documentales centrados en el diseño (sobre la tipografía Helvetica y algunos otros, consultar su web para más información).
Así pues estamos ante un verdadero maestro del diseño. Para más detalles sobre su figura puede consultarse la Wikipedia. Tras toda una vida dedicada en cuerpo y alma a esta labor, acuñó sus citados 10 principios, que detallamos a continuación. Valen sobre todo para el diseño industrial, faceta a la que se dedicó principalmente Rams, pero también podrán extraerse enseñanzas para el resto de campos, entendiendo el diseño en su sentido más amplio.
Son los siguientes:
- El buen diseño es innovador. No como fin en si mismo, sino en relación con las innovaciones tecnológicas que vayan apareciendo. El diseño siempre deberá estar atento a ellas.
- El buen diseño hace un producto útil y usable. No sólo funcionalmente, sino también estética y psicológicamente, aunque enfatizando en primer lugar la utilidad (no debe añadirse nada que lo haga menos útil).
- El buen diseño es estético. La cualidad estética es importante en cualquier obra, e incluso en la utilidad de un producto, pues afecta a nuestra persona emocionalmente, haciéndonos sentir bien. Además de ello, sólo lo bien hecho es considerado estético y bonito.
- El buen diseño crea productos entendibles. La función del objeto debe entenderse de un solo vistazo, así como el funcionamiento, por su propio diseño. De forma inmediata e intuitiva nada más verlo.
Si en lugar de un objeto estamos diseñando una página web o una interfaz sería idénticamente aplicable, incluyendo este principio conceptos actuales como la Usabilidad y Experiencia de Usuario (también conocida como User Experience o UX). - El buen diseño es neutro y discreto. Esto es de aplicación sobre todo en el diseño industrial (aunque igual que en el punto anterior es extendible a cualquier otra disciplina creativa). Se refiere a que los objetos deben tener un diseño que no afecte o interfiera con el resto de elementos presentes en la sala. Debe combinar con todo, ser una herramienta de diseño genérico, neutro y sobrio. Si se le da una estética demasiado enfatizada en algún sentido, intentando convertirlo en un objeto decorativo, dejará de servir en ciertos entornos por no encajar estéticamente con ellos.
De esta forma, para ser verdaderamente bueno en términos absolutos, el diseño debe aspirar a ser universal, a poder estar presente en cualquier entorno estético sin resultar chocante, molesto o contradictorio. - El buen diseño es honesto. No debe sugerir al consumidor que es capaz de hacer cosas que no puede, ni presentarse como algo que no es. Ello conlleva frustración y obviamente no es propio de un buen diseño.
- El buen diseño es duradero y atemporal. Se relaciona con la neutralidad antes mencionada. Dado que las modas van y vienen, todo buen diseño prescindirá de ellas; estará concebido para perdurar indefinidamente en el tiempo. Debe aspirar a convertirse en un diseño clásico desde el principio, y además sin parecer nunca anticuado. Eso se logra precisamente mediante un enfoque neutro, centrándose en la funcionalidad y utilidad, así como en hacer productos entendibles y sin nada superfluo. En definitiva, se logra por sí solo aplicando el resto de principios (no obstante hay que tenerlo en cuenta para no caer en modas).
- El buen diseño está pensado hasta el último detalle. Nada debe estar presente “porque sí”, por capricho o casualidad. Hasta el último detalle estará ahí por algo, cumpliendo una función. Todo lo superfluo se eliminará (de nuevo “menos es más”). De igual forma, si algún detalle falla estaremos cometiendo un error en el proceso de diseño y una falta de respeto hacia el usuario. Debe ser perfecto en su totalidad.
- El buen diseño respeta el medio ambiente. Debe realizarse con el mínimo posible de recursos, durar el máximo de tiempo posible, ser fácilmente reparable y totalmente reciclable. Debe constituir un ejemplo de economía y preservación de medios, pensado para durar, y no contaminar de ningún modo (ni física ni visualmente) en ningún momento de su existencia, incluso una vez acabada su vida útil. Si no se tiene este aspecto en cuenta no podremos hablar de un buen diseño verdaderamente, en términos absolutos.
Puede parecer que esto solo afecta a los objetos físicos, pero tiene traslación también al entorno digital en mi opinión, por ejemplo creando diseños web que carguen más rápido y sean más eficientes, consumiendo así menos energía tanto de la máquina como de la persona usuaria (esto es de hecho premiado por los buscadores, la velocidad de carga y eficiencia del sitio). - El buen diseño es “menos, pero mejor”. Es la peculiar forma de Dieter Rams de enunciar el “menos es más”. No hace falta mucha explicación: eliminación de cualquier elemento no esencial, pensar el objeto hasta el último detalle (siendo todos ellos útiles), y a la vez hacerlo mejor todavía de lo existente anteriormente. El resultado es puro y simple, reuniendo todas las características anteriores.
Como puede verse, todos estos principios concuerdan perfectamente con lo que contamos aquí al principio (“el diseño es como la madre”, “menos es más”, etc). En realidad, no solo son de aplicación en el mundo del diseño, pues en una gran variedad de disciplinas tienen perfecta cabida (programación de software, redacción de textos…). Podría decirse que son principios básicos de toda buena creatividad, entendida ésta en su más amplia concepción.
Como tales, recomiendo respetarlos. Es lógicamente un ideal difícil de alcanzar, pero no hay duda de que, si intentamos seguirlo, estaremos en el camino de crear diseños que sean verdaderamente buenos.
- *Nota2: la imágenes con textos en inglés de este artículo están extraídas de una obra del diseñador Mathieu Desjardins. Se trata de la presentación en Behance de la tipografía Pangram, que dicho autor ha creado siguiendo los principios de Dieter Rams. Yo estaba haciendo un artículo sobre las mejores tipografías gratuitas de 2016 –entre las que está la suya, por supuesto-, y gracias a eso he podido descubrir estas magníficas leyes del diseño. Le quedo por ello muy agradecido. Dicha presentación donde las cita es, por cierto, fantástica (usa la propia tipografía Pangram y también está inspirada en los principios de Rams).
No puedo terminar este artículo sin recomendar otra entrada de La Grafiteca que complementa muy bien a ésta: "40 lecciones de maestros del diseño". Es una gran recopilación de pensamientos y "mandamientos" de grandes profesionales de todas las épocas, acompañados de muestras de sus obras. Para personas que se dedican a estos temas, o sencillamente son aficionadas, será de muchísimo interés.